martes, 30 de abril de 2013

¿Como bañar a tu nene? Aquí te decimos todo lo que necesitas ♥

La higiene del bebé, como en los adultos, es esencial para que pueda gozar de salud y bienestar. Sabemos que es fundamental que el bebé esté limpio, ya que un aseo adecuado es la mejor garantía contra infecciones y enfermedades de origen contagioso. Sin embargo más allá de la rutina de la higiene, el baño puede convertirse en un instante de comunicación afectiva con tu hijo. Aunque en la primera vez, como en todo, siempre hay lugar para dudas y temores.



¿Cuándo le debo bañar por primera vez?

Las opiniones sobre la conveniencia o no de bañar al bebé antes de que cicatrice el ombligo son divergentes, ya que la humedad mantenida es perjudicial para el mismo, pero si después del baño se seca cuidadosamente no hay peligro alguno, y así lo recomienda la Asociación Española de Pediatría.

Sin embargo es cierto que mientras el niño no gatee ni se arrastre por el suelo, bañarle diariamente no es necesario, especialmente cuando no se cuenta con mucho tiempo o al niño no le gusta mucho el agua. Bastará entonces con hacerlo cuatro o cinco veces por semana, siempre que se haga una limpieza adecuada tras el cambio de pañales y después de las comidas, lavándole la zona del pañal, las manos, la cara, los pliegues de la piel y cualquier zona que se haya ensuciado. Si bien es cierto que un breve baño diario beneficia al bebé ya que le relaja y le habitúa a una rutina de higiene.

¿Qué momento es el más idóneo?

Aunque lo habitual es bañar al bebé antes de la última toma del día, el momento depende del horario de los padres y de las preferencias del bebé: a algunos les calma y por ello es preferible hacerlo antes de acostarse, y a otros, por el contrario, es la cena lo que les serena y les hace dormir. Lo recomendable es observar la reacción del niño y acostumbrarle a una rutina con la que sientan seguridad.

¿Con esponja o en bañera?
Aseo con esponja
Para los bebés que no se aficionen pronto a la inmersión o cuando no tengas tiempo para realizar un baño completo, puedes recurrir a un paño o a una esponja como instrumentos de limpieza de tu hijo. Para ello:

1. Escoge un buen lugar, plano y cómodo: la mesa de cambiarlo, tu cama o su cuna, y cúbrelo con una tela impermeable o una toalla gruesa.

2. Antes de desnudar al niño, prepara el equipo neesario: 



• Jabón neutro de bebé
• Dos paños de aseo o esponjas
• Toalla (preferiblemente con capucha)
• Pañal
• Ropa limpia
• Pomada para las irritaciones
• Gasas estériles y agua hervida
• Gasas con alcohol o productos cicatrizantes para el cordón umbilical
• Un recipiente con agua tibia

3. Prepara al niño, procurando que no se enfríe. Si la temperatura de la habitación no está lo suficientemente caliente, cúbrelo con una toalla mientras trabajas y no le quites el pañal hasta que no procedas a la limpieza de esa zona.

4. Empieza el aseo desde las zonas más pulcras a las más sucias, para que la esponja y el agua permanezcan más tiempo limpias. Aplica el jabón con un paño y enjuaga con otro limpio. Puedes seguir este orden:

• Cabeza: Usa jabón sólo una o dos veces por semana. El resto simplemente enjuaga con agua. Lávale sujetando la cabeza con la palma de la mano y sécalo bien con una toalla antes de continuar.

• Cara: No necesita jabón. Con gasas estériles humedecidas en agua hervida tibia o suero fisiológico, límpiale los ojos. Usa una gasa para cada uno. Limpia con agua alrededor de las orejas, nunca los oídos, y seca todas las partes.

• Cuello y pecho: Tampoco necesita jabón, pero insiste bien en los pliegues. Y sécalo.

• Brazos: Extiéndelos hasta llegar al pliegue del codo. Presiona las palmas de las manos para que abra el puño y lávalas con jabón, enjuagándolas bien antes de que se las lleve a la boca y sécalas.

• Espalda: Apoya al niño sobre el estómago con la cabeza de lado para lavarle la espalda, que probablemente no requerirá jabón. Sécalo y viste la parte de arriba antes de continuar. Así evitarás que coja frío.

• Piernas: Extiende las piernas hasta las corvas y lava bien los pliegues. Después sécalas.

• Zona del pañal: Sigue las indicaciones para el cuidado del cordón umbilical y cambia el pañal, aplicando pomada en las zonas irritadas.

5. Después de ponerle el nuevo pañal, vístelo y ¡ya está listo!


Baño en la bañera
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una bañera es que resulte cómoda y segura para el bebé y que sea práctica a la hora de realizar el baño. Lo ideal es una bañera plegable, ya que sus paredes blandas impiden que el bebé se haga daño. Además cuenta con la altura adecuada y muchas incorporan la práctica opción de convertirse en cambiador con compartimentos para accesorios. Una palangana o barreño también sirven para el baño, siempre que no tengan aristas que puedan perjudicar al niño. O bien podemos compartir el baño en la bañera de casa, donde el bebé podrá practicar algo de ejercicio.
Antes de empezar procura tenerlo todo a mano. Debes tener cerca de ti:

• Dos toallas de algodón: Una grande para el cuerpo y otra para secar la cabecita. O bien una grande con capucha que le cubra entero; pero siempre deben ser suaves y nunca lavarse con suavizantes, ya que puede provocarle alguna alergia.

• Jabones y champús: Han de ser neutros y poco perfumados. Aunque no conviene abusar de ellos, especialmente los primeros días. Ni es necesario utilizarlos a diario. También se puede dejar que chapotee en agua clara. Además un bebé enjabonado resulta muy resbaladizo, por lo que es conveniente que las primeras veces, hasta que adquieras experiencia, prescindas del jabón.

• Esponjas naturales.

• Termómetro sumergible: Para asegurarte que la temperatura del agua sea la ideal (entre 34 y 37º).

• Juguetes de goma: En el baño no puede faltar un juguete sumergible, cuentos para el baño o muñecos de goma que diviertan y estimulen al bebé.

• Pañal y ropa limpia.
Después de comprobar que tienes todo preparado, llena la bañera unos 5 cm. No desnudes al bebé hasta el último momento para evitar que se enfríe y mételo poco a poco hablándole con voz suave y tranquilizadora para quitarle el miedo, sujetándolo firmemente. La mejor postura es manteniendo tu brazo izquierdo en su espalda y agarrando con tu mano su bracito izquierdo, de manera que el niño apoye su cabeza en tu antebrazo.
Así te quedará la mano derecha libre para limpiarle. Colócalo en posición semirreclinada y con esta misma mano comienza a lavarle todo el cuerpo, pasándole la esponja de arriba a abajo y prestando especial atención a los pliegues. Después dale la vuelta y lávale la espalda y las nalgas.  Una o dos veces por semana lávale la cabeza con champú suave. Enjuágalo y sécale bien el pelo. A continuación envuélvelo en una toalla y sécale con suavidad poniendo énfasis en recovecos y pliegues. Y ya puedes vestirle.

Precauciones

-La temperatura de la habitación debe rondar entre los 22 y 25º, evitando cualquier corriente de aire. En cuanto a la temperatura del agua debemos asegurarnos de que sea la adecuada, bien con un termómetro o bien comprobándolo con el dorso de la mano o el codo, antes de sumergir al pequeño. Nunca llenes la bañera con el niño dentro.

-El lugar del baño debe reunir las condiciones idóneas de higiene y estar colocado a la altura adecuada para poder sujetarlo con comodidad.

-Los grifos o cualquier otro relieve, como el tapón, deben estar protegidos, para evitar que el bebé se hiera.

-Los perfumes y los polvos de talco no son recomendables en el aseo del bebé. Es preferible aplicar la colonia a la ropa que sobre la piel y aunque los polvos de talco evitan escoceduras debe sustituirse por cremas protectoras.

-Nunca debemos dejarle solo. El bebé puede ahogarse en tan sólo unos segundos.

-No te entretengas demasiado, ya que los baños largos pueden reblandecerle la piel y el agua se puede enfriar. El baño debe durar entre 5 y 15 minutos.

Si tiene miedo a la bañera


Cuando el bebé crece y la bañerita infantil se queda pequeña, será necesario lavarle en una mayor. Pero en ocasiones el pequeño no estará muy de acuerdo con este repentino cambio. Aunque se haya bañado varias veces, el miedo del niño a introducirse en una bañera más grande no se disipa obligándole a sobreponerse a ese temor. Así que debes armarte de paciencia e intentar cambiar poco a poco su actitud hacia el baño y hacer del agua un lugar agradable para jugar.

Puedes seguir estos consejos y trucos:
-Continúa con las prácticas tradicionales: No le fuerces a bañarse. Mientras tanto sigue bañándole donde le resulte familiar.

-Prueba en seco: Si se deja, ponlo en la bañera (sobre una toalla) sin agua y con varios juguetes para que se vaya acostumbrando al escenario y déjale jugar así. Recuerda que mientras esté solo no debes perderle de vista ni un segundo.

-Ejemplo práctico: Mientras otra persona le sostiene, hazle una demostración de baño con un muñeco, mientras comentas con detalle lo que vas haciendo.

-Juegos en el agua: Llena un cubo pequeño o una palangana de agua tibia y algunos juguetes que floten. Pon al niño sentado al lado y permite que investigue bajo tu constante supervisión. Comenzará metiendo los deditos y familiarizándose con el medio y es posible que intente meterse él mismo.


Consejos de higiene corporal según la AEP


• Se ha de bañar al niño desde los primeros días de vida.

• Si todavía tiene el cordón umbilical no se debe mantener al bebé demasiado tiempo en el agua y, a continuación, se debe secar bien el cordón y envolverlo en una gasa estéril.

• El agua debe estar a una temperatura alrededor de los 36º C.

• El jabón o gel deben ser neutros.

• Después del baño conviene hidratar la piel del niño aplicando aceite corporal (para que emulsione bien, la piel debe estar mojada).

• No se le deben aplicar polvos de talco, ya que al aspirarlos pueden llegar a sus pulmones.

• Algunos niños presentan costra láctea o dermatitis seborreica en la cabeza. Para ablandarla se aplica antes del baño un poco de aceite o vaselina estéril encima de la costra. De esta forma es más fácil que se desprenda con el baño.

• La piel se debe secar sin frotar, presionando con suavidad, especialmente en las zonas de pliegues donde son frecuentes las irritaciones.

• Para limpiar los oídos, retirar secreciones de los ojos o limpiar las fosas nasales se utilizará suero fisiológico.

• Los genitales de las niñas se limpiarán siempre de delante hacia atrás, así evitamos que las bacterias intestinales puedan pasar a la vagina produciéndose infecciones.

• A partir de los 20 días se deben cortar las uñas siempre de forma recta y utilizando tijeras de punta roma. Cuando el bebé duerme será más sencillo.

Cuando se hace mayor…

A partir del primer año, el niño empieza a ser más activo y autónomo y, lógicamente, se ensuciará más, ya que será habitual que juegue en el suelo, manipule la tierra, intente comer solo, etc. Estos juegos le ayudan a desarrollarse, por lo que no debemos impedir su práctica con el fin de que el niño permanezca limpio.

Éste es también un buen momento para empezar a inculcarle las primeras nociones de hábitos higiénicos. El niño tendrá que aprender que:

• Debe lavarse las manos antes y después de comer.

• Cuando empiece a ir solo al retrete tendrá que lavarse las manos.

• La higiene de los dientes es muy importante para evitar la caries, etc.

Por supuesto, estas pautas se tienen que introducir paulatinamente, adecuándolas a la edad del niño. En cualquier caso, un buen ejemplo de los padres siempre será más efectivo que el mejor manual.

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viernes, 26 de abril de 2013

La Importancia de contarle cuentos a tu Nene!!

Sabemos que el leerle un cuento nuestros hijos todas las noches es más que una simple actividad para arrullarlos, puede beneficiarles de manera importante tanto a ellos como a nosotros, por ejemplo ¿sabías que al leerle estimulas su lenguaje e imaginación?, ¿consigues relajarte y relajarlo creando unos lazos más fuertes entre ambos? 

Y éstos tan sólo son algunos de los beneficios que tiene esta actividad, te puedo mencionar más:
  1. El escuchar cuentos hace a los niños más reflexivos, ya que en éstos siempre encontraremos un mensaje que los lleve a comprender la forma en que deben actuar y comportarse, a saber distinguir entre lo bueno y lo malo.
  2. Le ayuda a combatir sus propios temores. En muchos de los cuentos el niño se puede identificar con las emociones de los protagonistas, y el conocer el desenlace y lo que le va ocurriendo a lo largo de la historia, supone tener argumentos para afrontar sus propios miedos, con una sensación de mayor control.
  3. El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual del niño, al contarle una historia podemos lograr que entienda las cosas con más rapidez, que su cerebro trabaje con mayor certeza.
  4. Se estimula su memoria y sus ganas de expresarse.
  5. Desarrolla y amplían las capacidades de percepción y comprensión del niño.
  6. Amplían su sensibilidad.
  7. En niño se siente feliz porque su padres estan con él, dedicándole un tiempo para atenderlo y mimarlo.
  8. Fomenta la lectura y el amor por los libros en nuestros hijos, ya que el interés que les despiertan las historias mágicas y llenas de aventura plasmadas en esas páginas, aumentan sus ganas de conocer más relatos, por eso es fácil que acaben amando la lectura.
  9. El niño aprende más palabras, su vocabulario es más amplio y este aspecto le ayudará muchísimo posteriormente, porque podrá leer mucho mejor y por consiguiente tener un mejor desempeño escolar.
  10. Los niños a quienes sus padres frecuentemente les leen cuentos, saben escuchar y poner a tención, elementos muy necesarias para un buen aprendizaje.
  11. Es una medida muy efectiva para tranquilizar a los niños sobre todo cuando los vemos muy inquietos y/o ansiosos.
  12. ayuda a sus hijos a conciliar el sueño y les prepara para que descansen como es debido.
  13. A través del cuento podemos llegar a relacionarnos tanto con nuestros hijos, que podemos ganarnos su confianza para que así como nos cuentan sobre las cosas cotidianas que les suceden también sobre situaciones difíciles que estén viviendo, pudiéndolos orientar y apoyar.
  14. Aunque no lo crean padres de familia, a través de lectura de cuentos nuestros hijos pueden aprender sobre historia, la vida humana y animal; letras, colores, números, palabras en otro idioma, etc. sin que les resulte aburrido.


Esperamos que sea de su interés y lo tengan en cuenta con sus pequeños !! :)


lunes, 22 de abril de 2013

¡¡ El día de la tierra !!



Sabemos que todos los 22 de abril de cada mes, es el Día Internacional de la Tierra. Se instauró para crear una conciencia común a los problemas medioambientales como la superpoblación, la producción de contaminación o la conservación de la biodiversidad. Su objetivo es subrayar la importancia del uso responsable de los recursos naturales de la Tierra así como de una educación ambiental.


El objetivo de este día, es el desarrollo de una conciencia medioambiental en todo el mundo.


Durante esta fiesta, algunos ciudadanos plantan árboles para combatir la contaminación urbana, otros viajan en bicicletas para demostrar que existen medios de transporte que no contaminan, etc.

Cada vez es mayor la preocupación por la extinción de especies vegetales y animales, la contaminación del aire, del agua o del suelo, el cambio climático... Nos hemos dado cuenta que los cambios que el hombre provoca en la naturaleza en la mayoría de ocasiones tienen consecuencias adversas para los humanos.

Tras la celebración del primer Día de la Tierra, hace 33 años, el número de socios de las organizaciones protectoras del ambiente aumentó de forma considerable. Además, estos nuevos miembros aportaron nuevas iniciativas. Desde el punto de vista legal se han conseguido triunfos como leyes que prohíben la emisión de contaminantes al ambiente o la caza y pesca de especies en peligro de extinción. De todos modos, existen graves problemas que surgen antes que alguien los detecte y progresos científicos que nos han ayudado a comprender los efectos que la actividad humana tiene sobre la Tierra.
 Hay muchas maneras de celebrar y de una manera colaborar con su conservación.

  1. Siembra árboles. La fecha coincide con el día del árbol en Estados Unidos, con el tiempo el Día de la Tierra se ha asociado a la labor de plantar árboles. Plantar árboles ayuda a reducir las emisiones de gases, limpia la polución, ayuda a prevenir la erosión y provee de hogar a una gran biodiversidad.
  2. Reduce y recicla durante todo el día. Compra tan poco como sea posible y evita productos que tengan varios empaques. Apoya los productores locales de alimentos y productos - para reducir los gases emitidos en su transporte. Lleva tu propio recipiente de bebidas, no uses platos ni utensilios desechables. Recicla todas las cosas que uses durante el día o encuentra otros usos a las bolsas plásticas.
  3. Ayuda a los niños para que reciclen sus juguetes y juegos viejos. Dándole juguetes usados a niños más pequeños que pueden usarlos, los niños aprenden dos lecciones: Una acerca de compartir y darle a los demás, y la otra acerca de reutilizar y reciclar en lugar de tirar las cosas. Los adultos pueden hacer esto con ropa, aparatos eléctricos, libros y más. Busca en la red comunidades de intercambio de productos, de las cuales existen varias.
  4. Limpia la basura.Muchos grupos usan el Día de la Tierra para limpiar carreteras, autopistas y las calles de los barrios de la basura que se ha acumulado desde la última limpieza. Muchas compañías donan guantes y bolsas para grupos de limpieza y las comunidades organizan recogidas en grupo. Una vez el grupo ha recogido la basura y puesto las bolsas recicladas a lo largo de la carretera, asegúrate de que las empresas de servicios públicos se las lleven y se haga cargo de ellas de una manera adecuada. Es un maravilloso proyecto comunitario. Perfecto para grupos de scouts, clubes rotarios, juntas de acción comunal y demás organizaciones colectivas.
  5. Realiza manualidades ecológicas en la escuela o casa. Reúnete con tu familia y construyan un alimentador de pájaros o una casita para los mismos para proteger la población local de aves, que hace parte importante de cada ecosistema. Use objetos que de otra manera se desecharían para crear objetos artísticos, en este punto las posibilidades son infinitas.




* No tires basura a las calles, bosques y a los parques porque provocarás anomalías a la naturaleza. No juegues con ella porque está pasando por un proceso que nosotros no la ayudemos. Ya no hay tiempo para salvarla si sigues con esta actitud.

Muchas gracias por leer, te dejamos nuestra pagina de facebook y twitter.

Fuente: http://es.wikihow.com/celebrar-el-d%C3%ADa-de-la-Tierra



miércoles, 17 de abril de 2013

Los primeros pasos de tu Bebé ♥

No hay nada tan emocionante como ver a tu bebé dar sus primeros pasos. Un día lo ves paradito agarrándose al sofá, quizás deslizándose a lo largo de él, y al siguiente lo tienes trastabillando inciertamente hasta tus brazos. A partir de ahí no habrá quien lo pare y empezará a dejar atrás su más tierna infancia. Los primeros pasos de tu niño son su primer gran paso para conquistar su independencia. 

  • Cuándo comienza


Tu bebé se ha estado preparando para dar sus primeros pasos desde el día en que nació. Durante el primer año, el bebé está muy ocupado desarrollando su coordinación y fortaleciendo los músculos de todo el cuerpo. Aprenderá a sentarse, voltearse rodando en el suelo y gatear. Una vez que pueda hacer eso, empezará a pararse y quedarse erguido. 

La mayoría de los bebés dan sus primeros pasos entre los 9 y los 12 meses, y caminan bien para los 14 o 15. No te preocupes si a tu hijo le lleva un poco más de tiempo. Hay muchos niños totalmente normales que no caminan hasta los 16 o 17 meses.


  • Cómo se desarrolla

Las piernas del recién nacido todavía no tienen fuerza suficiente para sostenerlo, pero si lo levantas y sujetas por debajo de los brazos, verás cómo mueve sus piernitas y empuja contra la superficie donde lo tengas, casi como si estuviera caminando. Es un acto reflejo y lo hará solo por un par de meses. 

Cuando tenga alrededor de 6 meses, si lo colocas con sus pies apoyados sobre tus muslos, verás que le gusta brincar arriba y abajo. Este ejercicio será uno de sus favoritos los dos próximos meses. De hecho, lo será mientras se desarrollan los músculos de sus piernas y aprende a voltearse echado en el suelo, a sentarse y a gatear.

Hacia los 9 meses, el bebé normalmente comienza a sujetarse a cosas (como los muebles), para hacer fuerza y pararse. Así que es importante que te asegures de que los objetos que hay en su camino sean lo suficientemente fuertes para aguantarlo. Si lo ayudas, por ejemplo colocándolo junto al sofá, verás que se mantendrá agarrado a este firmemente. 



Hacia los 9 o 10 meses, aprenderá a doblar las rodillas y a sentarse después de pararse (¡es más difícil de lo que piensas!). 

Una vez que se pare solito, lo que sucede como a los 12 meses, el niño empezará a desplazarse apoyándose de un mueble a otro. Puede que incluso sea capaz de soltarse y mantenerse de pie sin apoyo. A esta edad, es probable que también ya sepa inclinarse y agacharse con soltura. 

Una vez que sepa hacer eso, quizás lo veas agacharse, cuando está parado, para recoger un juguete. O bien, quizás hasta camine si lo llevas de la manita, aunque es probable que no dé sus primeros pasos hasta dentro de algunas semanas. La mayoría de los niños dan esos pasos sobre las puntas de los pies y girando estos hacia fuera. 

A los 12 meses, muchos niños caminan por sí solos, aunque un poco a tropezones. Si el tuyo todavía sigue caminando apoyado en los muebles, simplemente significa que le va a llevar un poco más de tiempo caminar.


  • Qué viene después

Luego de esos primeros pasos mágicos hacia la independencia, el bebé comenzará a dominar los sutiles aspectos de la movilidad: 


  • A los 14 meses debería ya pararse solo. Puede que sepa agacharse y volverse a levantar, e incluso que experimente con sus primeros pasitos hacia atrás.
  • A los 15 meses, sabrá caminar bastante bien. Incluso puede que ya le guste usar los juguetes de tirar-empujar mientras se mueve por la casa. A esta edad los niños caminan con las piernas muy separadas entre ellas y con los pies girando hacia fuera. Esto es normal y los ayuda a mantener el equilibrio.



  • Hacia los 16 meses, comenzará a interesarse por subir y bajar escaleras, aunque probablemente no lo haga solo hasta que tenga unos 2 años.
  • A los 18 meses, lo más probable es que el niño ya domine el arte de caminar. Puede que le guste encaramarse a los muebles y, probablemente, subir escaleras. Aunque bajar escaleras le costará más y no lo hará sin ayuda hasta algunos meses más tarde. Quizás trate de patear una pelota, aunque no siempre tendrá éxito. Y es casi seguro que le encanta bailar al son de la música.
  • A los 25 o 26 meses sus pasos serán más seguros y ya sabrá cómo hacerlo como los adultos, con el movimiento talón-pie. También mejorará en la acción de saltar.
  • Para cuando cumpla 3 años, muchos de sus movimientos básicos serán casi automáticos. Ya no tendrá que concentrarse para caminar, pararse, correr o saltar, aunque algunas acciones, como ponerse de puntillas o pararse sobre un pie, todavía le requieran concentración y esfuerzo.

  • Tu papel




A medida que el bebé aprenda a levantarse y a colocarse erguido, quizás necesite ayuda para volver a bajarse. Si se queda atascado y llora para que vayas donde él, no lo agarres sin más y lo sientes. Enséñale cómo doblar las rodillas para que aprenda a sentarse sin caer de bruces y deja que lo intente solo. 


Puedes alentarlo a caminar colocándote de pie o de rodillas ante él y extendiendo las manos. También puedes agarrar sus manitas y atraerlo caminando hacia ti. Probablemente le guste algún juguete que pueda empujar o sujetar mientras camina. (Busca juguetes estables y con una base de apoyo ancha). 

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) desaconseja utilizar andadores porque, al facilitar el desplazamiento de los bebés, pueden atrofiar el desarrollo adecuado de los músculos de la parte superior de las piernas. Además, también facilitan que los bebés lleguen a objetos peligrosos (planchas calientes, venenos) que normalmente quedan fuera de su alcance. Por lo tanto, no son seguros. 

Tampoco es necesario que le pongas zapatos hasta que empiece a andar por la calle o en superficies duras o frías. Caminar descalzo ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio. 

Como siempre, asegúrate de que el bebé tenga un entorno cómodo y seguro en el que practicar y desarrollar sus nuevas habilidades. Sigue en tu casa las pautas habituales que sean seguras y a prueba de niños y nunca lo dejes solo.





viernes, 12 de abril de 2013

¿Qué hacer cuando se muerden las uñitas tu nene?

¿Por qué se muerde las uñas?
Se calcula que aproximadamente entre el 40 y el 45 por ciento de los menores de edad se muerden las uñas; la mayoría superan esta costumbre con la edad, pero un 10 por ciento continúa mordiéndoselas de adulto. Este hábito puede estar relacionado con varias causas. La tensión psíquica, causada por el miedo, el nerviosismo, la ansiedad y el esfuerzo mental o físico excesivo, por la sensación de que los demás lo rechazan o por otros problemas. Morderse las uñas es una válvula de escape: de este modo, el niño relaja sus tensiones internas. Ahora bien, en muchos casos se convierte en hábito y el niño sigue mordiéndose las uñas incluso cuando los problemas ya se ha resuelto. Morderse las uñas también puede ser, sencillamente, una costumbre en los momentos de aburrimiento o de intensa actividad mental, por eso, para tratarlo adecuadamente, lo primero es saber qué lo provoca.
La onicofagia, como se conoce profesionalmente a esta manía, es un hábito nervioso igual que lo son chuparse el pulgar, meterse el dedo en la nariz o enroscarse el pelo. Se trata de un hábito que la persona realiza de manera  inconsciente, de ahí la dificultad que los padres observan para que sus hijos dejen de morderse las uñas, incluso cuando el niño se muestra colaborador. Pero si conseguimos definir la causa, será mucho más fácil eliminar el hábito.
Mediante la atenta observación del niño, el análisis de la situación familiar y la consiguiente charla con el niño, podremos decidir si la costumbre de morderse las uñas es o no síntoma de tensión psíquica. Si la cuestión no está clara, habrá que acudir al psicólogo.
Debemos controlar nuestra propia conducta en lo que se refiere a nuestra relación con el niño: ¿no estaremos exigiéndole demasiado?, ¿tiene suficientes ocasiones de expresar sus sentimientos? ¿somos buenos oyentes y lo tomamos en serio?, ¿sus reacciones revelan nerviosismo? ¿somos pacientes?.
morderse las uñasPara ello, es necesario observar en qué situaciones el niño se muerde las uñas. Lo más probable será que:
  • Se trate de una manera de focalizar la ansiedad. Por eso, también es importante saber si el niño tiende a sentirse angustiado o está pasando por una etapa estresante para él –exámenes, el nacimiento de un hermano, problemas familiares–. Podemos ayudar a nuestro hijo a superar esa ansiedad, bien aceptando positivamente la nueva situación, o bien fortaleciendo su autoestima cuando la angustia se deba a timidez o vergüenza. Las técnicas de relajación pueden ser beneficiosas para disminuir el estrés.
  • Es una manía asociada a una actividad concreta. Por ejemplo, mientras ve la televisión; con el tiempo termina produciéndose una asociación que hace que siempre que vea la televisión automáticamente se muerda las uñas. Lo mejor, en este caso, es que el niño sea consciente de aquellos momentos en que se muerde las uñas y aplique una conducta incompatible siempre que esté en esa situación. Por ejemplo, manipular algún pequeño objeto o entrelazar los dedos de las manos.
  • Por imitación de alguno de sus padres. Hay que tratar de no realizar esta conducta delante del niño, especialmente cuando este es muy pequeño. No obstante, como se trata de un acto inconsciente y tu hijo te verá más de una vez, es bueno explicarle que aunque tú lo hagas, se trata de un mal hábito que también te gustaría corregir.
    Más fácil con tu ayuda !!
     Si queremos ayudarle a superar esta costumbre:
  • Debemos explicarle que le perjudica. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Lógicamente, hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, mientras que para un preadolescente la cuestión social será más relevante. Debemos mostrar comprensión, reconocer que no es fácil.
  • onicofagiaHacer que se dé cuenta. Debemos alertarle cuando esté haciéndolo para que sea consciente, no como reproche. Para facilitar esta tarea podemos hacer un juego: acordar con él una señal secreta (una palmada, un chasquido de los dedos, lo que él prefiera) que le indique que debe retirar inmediatamente la mano de la boca, sin necesidad de recurrir a la habitual recomendación. Cuando el niño obedezca la señal, se le recompensará con un “¡BRAVO!”.
  • Felicítale por sus avances. Por el contrario, el castigo o la burla aumentan el problema ya que favorecen la ansiedad.
  • Podemos pactar un premio para cuando le hayan crecido las uñas. Puede ser una buena motivación cuando se trata de una conducta muy arraigada. Antes de empezar, el niño elegirá el premio que desea. Ahora bien, los premios serán de índole material sólo en casos excepcionales; se dará preferencia a las actividades conjuntas, como contar cuentos, por ejemplo. Después de cada pequeño éxito, debemos demostrar al niño que estamos contentos. La fase de desterrar el hábito es la más difícil. Para ello hay que estimularlo, charla con él para crear un ambiente de seguridad y confianza en el que pueda expansionarse y desahogar sus preocupaciones. El objetivo es poder resistir determinados intervalos sin la ayuda de la señal convenida. Por lo tanto, los incentivos se espaciarán más y más, hasta que se pueda prescindir de ellos.
Si el niño es inseguro, si se pone nervioso con facilidad, lo más conveniente será llevar un cuaderno de buenas notas en el que todos los días        escribamos  algo  positivo y cariñoso sobre él y se lo leamos por la noche.
Los niños muy nerviosos necesitarán algunos ejercicios de relajación.
  • Podemos recurrir al fluido amargo que venden en las farmacias (también válido para los niños que se chupan el dedo). Explicándole que es una manera deonicofagia1recordarle que no debe meterse los dedos en la boca, aunque por sí solo este método no suele funcionar. Siempre se debe buscar la colaboración del niño; explícale que no se trata de ningún castigo, que es solo un método para que sea consciente en el momento en que se está mordiendo las uñas y así pueda parar.
  • Seguro que a nuestro hijo le gusta que le pintemos en los dedoscon un rotulador o pintura no tóxica una cara sonriente contenta por no haberse mordido las uñas.
  • También podemos probar a ponerle una tirita o un trozo de esparadrapo con algún dibujo, que envuelva sus dedos. Al ser desagradable al tacto, es más fácil que no se los chupe.



jueves, 11 de abril de 2013

¿Sabes cómo tomarle la temperatura a tu Bebé?


En este cambio te temporada, la fiebre es una de las enfermedades que está más propenso tu Nene, sepa como reconocerlo, aquí te dejamos unos detalles que necesitas saber
La fiebre es una forma de defensa del cuerpo frente a diversas situaciones. Normalmente, con tan solo rozar a tu bebé notaras si su temperatura está más alta de lo normal, pero no bastará para saber si son unas simples décimas o si verdaderamente se está poniendo enfermo.

Se habla de sólo unas décimas cuando la temperatura está entre los 37,5º o 37,9º, y de fiebre a partir de 38º.
Existen varios tipos de termómetros para medir la temperatura corporal. Están los que toman la temperatura en pocos segundos y se colocan en la frente o en el oído, los de vidrio, prohibidos desde hace tiempo por su fragilidad y efectos tóxicos, y los digitales, los más recomendados por su precisión, seguridad, sencillez y velocidad.

A la hora de tomar la temperatura de tu bebé debes tener en cuenta que la temperatura no se manifiesta de la misma forma en todo el cuerpo y que existen 3 partes en particular que son las idóneas para comprobar si tu hijo tiene fiebre o no.

La axila es el mejor sitio, basta con colocarle el termómetro bajo la axila al pequeño, asegurarte de que la punta no sale por el otro lado y mantenerle el brazo pegado al cuerpo para que no se mueva.

Otra de las zonas más comunes es la ingle. Es una de las mejores opciones si tu bebé está intranquilo y no para de mover los brazos. No varía la temperatura respecto a la axila, y solo tendrás que mantener sus piernas juntas.

Finalmente, una buena medición de la temperatura corporal se puede realizar a través del recto. En esta parte del cuerpo el termómetro siempre registra medio grado más que en la axila o la ingle. Puedes colocar a tu bebé boca abajo para que se mueva menos y sujetarle las piernas o boca arriba recostándolo sobre su espalda, con las piernas levantadas y los tobillos sujetos para impedir que se mueva durante la medición.

En cualquier caso, sea la zona que sea, es necesario saber cómo medir la fiebre de tu bebé correctamente, y en el caso de que su temperatura sea más alta de lo normal, acudir a su pediatra para que determine el motivo.

Esperamos les sea de mucha ayuda Mamás Hormiguitas.
Y no se olviden que pueden encontrar este Termómetro Flexible en nuestras tiendas.




FUENTE: