Para las Mamás que tuvimos nuestros bebés en el verano, el asunto de la temperatura ha sido relativamente fácil: ropa fresquita, una sola capa, a veces incluso en pañales y nada más, por lo que además cada muda se hacía simple y sin mayores aspavientos –no hay que sacar pantalones, calzas, panties, ositos, hasta llegar al área del pañal. Así, pudimos vivir sin preocuparnos de resfríos y programarle baño o sacarlo a pasear.
Ahora, que llega el invierno y nuestro bebé tiene pocos meses aún, por lo que nos toca todo el susto a las enfermedades invernales, sin tener idea de cómo protegerlo adecuadamente, abrigándolo demasiado e incluso evitando el baño.
¿Cómo proteger a nuestro bebé veraniego, que no tiene idea de heladas ni lluvias, sin exagerar en el intento? Pues aquí unos tips simples recomendados por expertos:
¿Cómo proteger a nuestro bebé veraniego, que no tiene idea de heladas ni lluvias, sin exagerar en el intento? Pues aquí unos tips simples recomendados por expertos:
- Más vitamina D. Los niños que nacen en invierno suelen tener una mayor reserva de vitamina D, que juega un papel fundamental en la absorción del calcio necesario para el correcto desarrollo de sus huesos. “Esto se debe a que, si la gestación ha transcurrido durante los meses estivales y la exposición al sol ha sido adecuada, los niveles de vitamina D son transmitidos al feto por vía placentaria”, explica la doctora Manuela Delgado, pediatra del Hospital Capio Clibeda de Badajoz.
- Un desarrollo genial. Tras estudiar la evolución de 21.000 niños, al nacer, a los 8 meses, a los 4 años y a los 7, investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) descubrieron que los nacidos en invierno eran más altos (0,19 cm), pesaban más (210 g) y puntuaban mejor en varias pruebas de inteligencia. Los autores del estudio creen que se debe a los beneficios de los meses estivales para la embarazada: una dieta más rica en vitaminas, una temperatura constante más elevada y una menor exposición a infecciones.
- Longevidad. Estudios del Instituto alemán Max Planck apuntan a que podría existir una conexión entre llegar al mundo en esta época y vivir más; en uno realizado en 2005 se encontró que los nacidos en diciembre tenían un 16% más de probabilidades de ser centenarios.
EL AMBIENTE IDEAL
· Los pediatras aconsejan sacar a pasear al bebé a diario, incluso en
invierno. Aun así, durante sus primeros meses el bebé aún no tiene un ritmo de
sueño y comidas establecido y tú estás recuperándote.
· Si a esto sumamos que en invierno hay menos
horas de luz y hace más frío, el resultado es que en esta época pasaréis más
tiempo dentro de casa que fuera. Por eso es importante que el ambiente en el
hogar sea apropiado para el bebé. “La temperatura en la habitación donde se
encuentra el niño debe estar entre los 18 y los 20 grados”, explica Manuela
Delgado.
· Además, es esencial que la ventiles a diario y
que vigiles que el ambiente no esté reseco: la calefacción reduce los niveles
de humedad en el aire y está demostrado que virus y bacterias se propagan más
rápidamente cuando la humedad relativa es inferior al 60%. La solución es
colocar recipientes con agua al lado de los radiadores (cámbiala a diario) o
utilizar un humidificado (recuerda limpiarlo bien todos los días).
Muchas gracias por leer Mami y Papi.
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