Para que desarrolle su habilidad con las manos:
En el segundo semestre de vida el bebé descubre la autonomía de sus manos y empieza a ejercitar sus deditos por separado, hasta ser capaz de coger objetos tan pequeños como un guisante. Es bueno dedicar unos minutos al día a estimular esas capacidad, con juegos de manos tan sencillos como los cinco lobitos, dar palmadas o dejarle que recoja pinzas de plástico esparcidas por la mesa y las meta en un vaso.
El parque, un paraíso de estímulos y diversión:
Llevarle al parque para que se relacione con otros niños también es una buena opción. Al principio los bebés se limitan a mirarse o incluso se ignoran, pero hacia el año comienzan a intercambiarse los juguetes y se imitan entre sí.
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